Tener un método para rankear a tus clientes es el requisito más básico a la hora de organizar una estrategia de fidelización orientada a medir los resultados y ponerlos en práctica.
Imagina que entra un cliente y te compra algún producto.
Paga, le entregas la boleta y se va.
Una venta más en un día más de otra semana como cualquier otra.
Se abre la puerta, un nuevo cliente.
Miras tu pantalla de administrador y aparece un nuevo check-in.
Tu cliente se llama Alicia Enelpaís (los nombres han sido cambiados y blah blah).
La conoces. Es segunda vez que ha venido en este mes. De tus 826 clientes registrados en tu club de fidelización ella esté en el número 9.
Es una clienta estrella.
Te acercas a la pantalla. Hay una nota escrita: Su hijo es fanático de Harry Potter. En Navidad compró los ultimos 3 libros de una sola vez.
Cuando llega a la caja la saludas por su nombre y ella se sorprende.
Le preguntas si su hijo ya leyó los libros.
Le cuentas que lamentablemente no han publicado la nueva novela, pero que, apenas llegue, le vas a avisar (tomas nota mental, pero decides agregarle un tag a su perfil que te ayude a recordarlo).
Ella responde gracias por la preocupación y bacán que le avisen.
Te compra otro libro y tu tomas nota de eso.
Ella se va feliz y seguro volverá.
Claro: ella está en tu club de fidelización y entiende que no es magia el que recuerdes lo de Harry Potter.
Mira su celular y tiene un nuevo correo:
¡Hola Alicia!
Has ganado 1.200 puntos por esta compra.
Tu nuevo saldo es de...